4 pøemas de Óscar Muciño

 

Empecemos con tu rostro moreno,
lampiño y asimétrico,
tu nariz aguileña,
tus dientes desgastados que antes lucían chuecos
las muelas extirpadas
el sarro tus carrillos con marcas de viruela
y espinillas, luego el abdomen
sin forma que te cuelga
adiposo seguido de las piernas
con cicatrices varicosas
por dentro pulmones negros
el vapuleado estómago, el intestino perezoso
y el pito chico

Alrededor de tus cuartos tus balcones
te asustaste de su hambre
viste crecer los arlequines los pinochos
las dentellada los ladridos de mastines negros
cada vez más y más grandes
un empujón a la mitad del patio
las noches cuando papá llegaba tarde
los atisbos de placeres
lo amarillo en los ojos de mamá y tu hermana
en la calle que decían que el puño aclara todo
la escuela que repartía fórmulas para medir la fuerza

Pero no dejarás de oler a pólvora
aunque lo años de a poco te humedezcan
aunque en este instante muevas a risa

 

SE HAN

se han manifestado en mí,
soy una plaza

han perdido cosas en mí,
soy un desorden

han acumulado cosas en mí,
soy una bodega

han cambiado cosas en mí,
soy una mudanza

han tirados baldes en mí,
soy un pozo

han interpretado sobre mí,
soy un signo

han bailado sobre mí,
soy una pista

han circulado en mí,
soy una vena

han pasado aviones por mí,
soy un viaje

han naufragado en mí,
soy una tabla

han surfeado sobre mí,
soy una ola

han caminado sobre mí,
soy una calle

han tomado una rebanada de mí,
soy un flan

han sacado provecho de mí,
soy un recurso

han dormido en mí,
soy un catre

han anunciado en mí,
soy una barda

han bebido de mí,
soy una botella

 

QUE

Que bajo la lluvia, se sabe, hay que seguir caminando
Que el amor es consentimiento y sometimiento
Que por ahí anda el invasor
Que la conquista
Que la espera de alguien
Que contemplas la ejecución de un plan de otro
Que te has involucrado
Que estás provocando
Que convergen en ti
Que aún hablas mucho de ella
Que somos la dirección que han proyectado sobre nosotros
Que ante el rechazo nos formamos para después encajar
Que el punto es sentarse en un parabús sin esperar nada
Que comparados con los anuncios lucimos mal
Que nos emociona vernos en letra de molde
Que nos agarramos
Que nos cogemos
Que nos modulamos
Que a veces veo la hora
Que aún hay tiempo para llegar a verte
Que la silla está a medias porque dos de sus patas no tocan el piso
Que para no tener que ir vagando con mi delirio en la calle rento un lugar
Que no atino a limpiar la pequeña parcela del ser
Que juntos en el desastre
Que las cosas resbalan en mis manos
Que esa calle ya no la cruzo como antes
Que hubo días que iba y venía por ella
Que lo cotidiano se trastoca
Que lo que se cocina dentro se lo atribuyo a la ciudad

 

ARGOS

Argos en la puerta que de rayos fosforece y de satélite no duerme.
Él era la ronda, el centinela de su patio.
Patrón, publicidad y patrocinio. Laboratorio y empresa.
No la fuerza de la idea sino el equívoco.
Más que un borrado, menos que un atisbo.
Ahora piensa subrayar el futuro, las vanas apariencias, la declinación y las páginas.
Argos en la puerta, puños de cascajo,
con hospitales y balnearios.
Sin huida sin refugio.

 

 

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Óscar Muciño (Ecatepec, México, 1984). Escribe y corrige textos. Ha publicado cuentos, poemas y ensayos en distintos medios impresos y electrónicos. Forma parte de la redacción de la revista de humor y literatura RetaguardiaMix. Participa en el programa Terminator-Isabel (miércoles 9pm) de la estación en línea NoFM-Radio. Sus textos pueden leerse en el blog: The Solipsta. Ha traducido a los poetas del grupo británico Mersey Sound y al estadounidense Richard Brautigan.

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