Entre los cerros del Nayar
Tayau creó la luz
inventó el universo
repartió tierra para todos
árboles para todos
ríos para todos
inventó hombres con máscaras de animales
trajo semillas fruta
fumando entre las nubes en cada atardecer
para que llegara la noche y durmiéramos
en las hojas del mundo verde.
Pero llegó dios todo poderoso
creador de lo visible e invisible
inventó una paloma
cúpulas y aureolas
levantó edificios
puentes y ciudades
construyó pretextos
pintados de rojo y con cuernos de toro
arrodilló a sus hijos
los vistió de blanco
y los hizo comprar un carro.
Aunque nadie me habló de ti Tayau
aunque a pesar de nacer en tus tierras
tíos abuelos y madre
creen en la imagen de cabello largo y barba de candado
yo sé que eres el Sol
y nunca nos destruirás.
Una avioneta amarilla en la Libertad
cuatro cinco veces al día
Loreto Ortega dice que pertenece a una fumigadora
que desde su infancia deja estelas en el aire
que la persigue cada vez que está en la colonia
que nada cae ante el hombre de piedra
a pesar de su enorme penacho Cuauhtémoc no la pudo derribar.
Amarilla como el Inter de Tijuana como la iglesia del Rubí
avionetas de entrenamiento avionetas taxi.
Prefiero la carretera el cielo no es mi sueño
tu amigo miente al decirte que puedes volar
tu amigo miente las personas no tienen alas
las plumas de Michael Keaton pululan en tu imaginación
los hombres pájaro no existen
prefiero la carretera
el humo en el escape.
La miré en Zona Río en La Postal
por Agua Caliente la miro desde casa
la avioneta existe
mi problema es que empiezo a quererla
a necesitarla
sus hélices el sonido del motor
su lenguaje aeronáutico
la necesito en mi cielo.
Prefiero la carretera
mi padre dijo cuando escuches rock súbele al volumen
también dijo no dejes basura en la guantera ni en el porta vasos.
Me gusta coger en los carros
me gustan los volantes los tableros los toldos.
La primera vez que manejé fue para ir a comprar tortillas
prefiero la carretera pero la necesito en mi cielo.
Sandrah soñó que llegaba a la ciudad y una avioneta la seguía
avioneta creadora de lluvia creadora de nubes
creadora de lágrimas y enfermedades.
Avioneta amarilla si yo pudiera pilotearte
también perseguiría a Loreto Ortega.
Cuando era niño soñaba que papá era un capitán
llevaba un barco por toda la Baja
desde la Libertad hasta los Cabos
regresaba con las redes llenas de ostiones y almejas
luego ya en casa se sentaba en la mesa
con cuchillo abría las chocolatas y se las iba comiendo una por una.
Era un sueño mudo las imágenes eran borrosas
pero sabía que era papá quien comía frente a mí
me lo decía la oscuridad su masticar
el respirar jadeante su constante carraspeo.
Papá decía que no le gustaba la playa
es un tipo que pocas veces ha pisado la arena
sin embargo lo imaginaba entre las olas
preparando los carretes los pesos de plomo
levantando las velas mientras salía ileso de una tormenta.
Lo imaginaba siempre en el mar
pero nunca mirándome a los ojos
Jesús García Mora, autor de los libros Detrás de la caja registradora, Ediciones El Humo (Querétaro, 2016), Tengo la noción de lo que es un martillo, ICBC (Mexicali, Baja California, 2017) y El rumor de mi hermano Pinosalados (Mexicali, Baja California, 2021). Forma parte del comité organizador del Festival Internacional de Poesía Caracol, Tijuana.